Don't Look Up: la delgada línea entre la deprimente realidad y el qué diablos acabo de ver
Adam McKay no deja títere con cabeza en la muy promocionada Don't Look Up que llegó recientemente a Netflix, pero a qué costo.
Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Mark Rylance y Timothée Chalamet son la carnada perfecta para que una película tenga el interés de cualquiera, pero en este experimento del director Adam McKay donde la gente se divide entre “mirar arriba” y “mirar abajo”, por razones que mencionaré después, resulta mejor no mirar.
Don’t Look Up nos dice que un enorme cometa está por chocar la Tierra. Kate Dibiasky (Lawrence), trabaja en su doctorado cuando descubre que un objeto se acerca hacia nosotros e informa al Dr. Randall Mindy (DiCaprio), quien encuentra que habrá un impacto en seis meses, y que por su tamaño la destrucción de todo lo que conocemos será inevitable.
Entonces, todo será caos y la gente estará aterrorizada, ¿verdad? Pues no. Más bien lo que sigue es un reflejo de la sociedad actual, dividida entre quienes miran arriba y tratan de unir fuerzas para frenar al cometa, y los que deciden no mirar porque creen que si ignoran el problema este dejará de existir y, peor, que de alguna manera influye con su libertad.
Podría haber sido un gran ejercicio de sátira sobre política, el medio ambiente, el patriotismo estadounidense y el hecho de que los medios de comunicación se rigen más por clics y farándula, pero se queda a medio camino entre un relato deprimente y un “¿qué diablos acabo de ver?” que da por sentado que el espectador no tiene ni una pizca de inteligencia.
Hay destellos de buenas ideas que se pueden ver en la división de la gente, comparable con las tensiones políticas en Estados Unidos, lo cual también resuena con la pandemia de COVID-19; los que están a favor de la vacuna y los que están en contra. Desafortunadamente, McKay desea criticar tanto como puede y nos deja una versión diluida de lo que pudo ser, decorada con actuaciones que desde ya se están apuntando para los próximos premios Razzie (hola, Meryl Streep).
Con un elenco que también incluye a Rob Morgan, Cate Blanchett, y Tyler Perry, es Mark Rylance, como Peter Isherwell, quien se roba la atención. Este cruce de Steve Jobs, Elon Musk y Mark Zuckerberg es el respectivo multimillonario con ideas descabelladas que podría meternos en problemas debido a su ambición. El filme nos recuerda que de cualquier manera prosperará por sí solo sin importar lo que ocurra con el resto.
Tal como una caja de galletas danesas que solo contiene hilos y agujas, Don’t Look Up es pura envoltura, y nos deja con ganas de lo que pudo haber sido. La primera hora estuvo mejor, pero se desinfla hasta el punto de ser imposible de ver. Como película sobre desastres es fácil que nos haga sentir tristeza ante la idea de un apocalipsis inminente y el retrato de la humanidad dividida es duro, pero no es tan profunda ni inteligente como te quiere hacer creer.